casi casi, sin quererlo, sin proponermelo y sin pensarlo, me olvide. Simplemente me olvide de todo lo que me hacía mal. Y sonreí. Y me reí. Tanto que me dolió la panza. Y agradecí a la vida, por haberme regalado este día de felicidad.
FELICIDAD PURA 24 HORAS COMPLETAS DE FELICIDAD
domingo, 12 de julio de 2009
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