domingo, 16 de marzo de 2008

dolor

Una de las sensaciones más dolorosas que me ha tocado experimentar es el amor no correspondido. Y de todo tipo: amor de amistad, de pareja, de padres. Sí. De padres también. Mis papás no me quieren tanto como yo a ellos. Y uno no puede culpar al otro por no quererlo, o por no quererlo como uno quisiera. Pero duele. Y cómo.

¿Y qué se hace en esos casos? Además de llorar como marrana, pelearme con todo el mundo, cortarme, y sufrir como condenada, hice otras cosas. Intente el olvido, pero es dificil. ¿Cómo cortar los lazos si tenés la esperanza de algún remoto y lejano día recibir un poco de cariño? Y es hasta humillante, porque... uno también vale. Me pregunto qué tendré de malo, qué me faltará, qué me sobrará para eventualmente ser especial alguna vez.
Y creo las mentiras y se perfectamente que me estan mintiendo. Pero qué se puede hacer. Será que el destino me condena a ser nada.

2 comentarios:

Ana Ortiz dijo...

Yo no quiero tanto a mi familia como ellos a mí y a veces siento culpa.

Biskuit dijo...

me gusto mucho tu lbog.
en este momento estoy pasando algo asi.-
no esta bueno. para anda.
pero..
hay que vivirlo.
hay que aguantarlo
y por sobre todo
superarlo